lunes, 26 de octubre de 2009

La lista de invitados


Nunca se aprecia tan bien eso de “los recursos siempre son escasos” como cuando se organiza una boda. Quieres invitar hasta a la señora que te hacia las empanadas de queso en la cantina del colegio, pero ¡no se puede!
Quieres que el “magno evento” quede impecable: que los dendrobios sean fucsias y no morados, que a los tequeños el queso se les estire como a los ñoquis al teléfono, que los Cosmopolitan los apruebe Carrie Bradshaw, que la música sacra la dirija Dudamel… y ahí es cuando te acuerdas de la clase de evaluación de proyectos donde te dijeron: “y el total se divide entre los comensales” Ergo, cada empanadera, parquero, enfermera, nana, amigo del alma, compañero de tesis, etc. tiene un valor en metálico para asistir.
Querer verlos ese día? A todos y cada uno de los que de una forma u otra han estado compartiendo el camino… sobre todo a los que caminaron por las espinas. Pero la realidad es menos sutil y el famoso “recurso escaso” impide la producción de invitaciones masivas.
“No es falta de cariño, te quiero con el alma” dice una canción. Y es asi. De ser posible, la lista sería de muchas más páginas, y el tiempo inagotable para los besos, las risas y los abrazos de felicitación. Pero hay que adaptarse a lo que se puede afrontar, asi que a muchos habrá que llevarlos en el corazón ese día… aunque el vestido apriete!

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