sábado, 25 de septiembre de 2010

El hombre perfecto


Hace casi un mes que la televisión nacional comenzó a transmitir una telenovela llamada “la mujer perfecta”. Más allá de poner una protagonista con Síndrome de Asperger, el gran revuelo ha sido que se trata de una producción 100% nacional, después de meses de enlatados colombianos, brasileños y mayameros.
Sin embargo, este post no es para la mujer perfecta. Es para el hombre perfecto. Al menos para mi hombre perfecto:
Debe ser “resteado”. Es decir, sin miedos trascendentales. Que sea capaz de vivir y ser feliz tanto en el Bolivarian Kingdom como en Finlandia, sin resentimientos.
Tiene que ser un hombre sumamente paciente; no es fácil convivir conmigo. Tengo mis días de muy mal humor, tengo mis días depresivos, tengo mis días famélicos y tengo mis días eufóricos… Y todos pueden ocurrir en la misma semana.
Tiene que ser honesto. Punto. Sin ningún guardado importante. Ojo, todos tenemos pequeños secretos, pero mi hombre perfecto es alguien a quien no le dé pena admitir que odia a los niños y no quiere ser papá, con la misma facilidad con la que podría admitir que es divorciado dos veces y que tiene cuatro hijos.
Preferiblemente, me encantaría que fuese romántico. Que se acordara de cosas de las que seguro yo no me acuerdo, como el día que descubrió que si duermo boca arriba ronco como un gato.
Me encantaría que le guste viajar, tanto como a mí. Que espere chingo el fin de semana para salir a donde sea, a conocer por conocer, por aprender cosas nuevas… que trabaje, y mucho; porque el mundo mejor existe y es carísimo! Y yo quiero un mundo mejor.
Mi hombre perfecto es ese en el que yo puedo confiar, de quien no dudo. Que cada día a su lado le dé gracias a Dios por haberlo puesto en el camino, porque era la pieza que se me había perdido y la conseguí para optimizar mi proyecto de vida.
¿Y cómo es tu hombre perfecto?

jueves, 23 de septiembre de 2010

No, no es el templete!


El otro día estaba con una amiga judía y ella me estaba preguntando por lo que los católicos nos preocupamos por los sacramentos religiosos. Ella me decía: “es que ustedes son correctísimos, siempre están pendientes del bautizo, de la primera comunión…” Y la verdad sentí pena ajena.

El común del venezolano (y me atrevo a ser temeraria en esto) le sabe a cataco salado el tema de los sacramentos. Lo que realmente importa es LA FIESTA (TEMPLETE)

Por eso, apenas una pareja se sabe embarazada, empieza a elegir padrinos: que si fulano por que tiene real, que si menganita porque ella es muy pana, que vamos a ponerle dos padrinos y media madrina… CRISTO! Nadie le leyó el catecismo? La función de los padrinos es guiar a los niños por la vía religiosa! “Es misión de los padrinos del bautismo procurar que sus ahijados sean educados en la fe y en la vida cristiana, ejerciendo esta tarea juntamente con sus padres”. Citado de Diócesis de Canarias.

Entonces, la gente no ve, que una persona para quien la iglesia es un X, no puede ser padrino ni de una margarita. Qué un ser no bautizado, o no confirmado, tampoco puede ser padrino. Y que mi amigo Muhammad, aunque sea la presencia de Mahoma en la tierra, no puede ser padrino porque NO es católico.

Igual pasa con la primera comunión, y terriblemente con el matrimonio. El matrimonio canónico, o “matrimonio por la iglesia”, es un sacramento que busca bendecir la unión entre un hombre y una mujer que deciden vivir juntos como pareja. No se hace “por la fiesta” ni “por el whisky y los tequeños”. Eso es otra cosa que no comprendemos. “Para que me caso por la iglesia si no habrá rumbón…” CRISTO de nuevo! De verdad el catecismo está tan pasado de moda?

Yo no soy Santa Teresita del Niño Jesús… ni dicto clases de catecismo en la iglesia del Opus Dei. Simplemente, creo que tengo buena memoria de lo que me inculcaron para hacer la primera comunión. Y la verdad, me encantaría transmitir este mensaje de forma masiva. Hemos cambiado todo lo que somos a nuestra conveniencia, y no nos damos cuenta que, aun con sus defectos, la vida cristiana es el camino de la salvación…

Mamá, así, no!!!

De verdad, creo que la maternidad es una parte importante en la vida de una mujer. Pero es eso, una parte. No es la torta completa. Yo no me anulo como mujer si no me embarazo. Es un pensamiento medieval. Peor aún, mi razón de vivir no es “ser mamá”.
Y ojo, repito el punto inicial: ¡creo que la maternidad es fabulosa! Pero no debería serlo todo…Porque los hijos, somos unas pequeñas compañías anónimas: desde el momento que nacemos, todo lo que tenemos es propio e individual, nos pertenece de forma única: la manera de dormir, de comer, el humor con el que nos levantamos, nuestros gustos y afinidades…
Y es lo normal y lo correcto. Un hijo no es una extensión de mí, no es “mi legado al mundo” Eso es ego. Un hijo, a mi modo de ver, puede ser criado a la imagen y semejanza de sus padres, pero el fin último es que sea una persona feliz capaz de hacer felices a otros no de forma servil, sino por su única manera de ser.
Ser mamá no me limita, no me minimiza, debería enaltecerme. Por ser mamá no dejo de ser profesional, esposa, amiga, hermana, hija! No tengo por qué dejar que se me vean las raíces del cabello de 5 semanas, ni olvidarme del significado de la palabra “maquillaje”. Muchas mujeres se quejan de cómo su vida se opaca a los pocos años de ser madres; pero es su culpa!!!! Empeñadas en sólo ser mamás se olvidan de todas las otras cosas maravillosas que han sido antes de la maternidad.
Ser mamá no es dejar de ser yo, es ser un yo versión 2.0.

martes, 21 de septiembre de 2010

Una de cine...

A veces, aunque no me crean, me canso de quejarme. En realidad sé que no voy a ninguna parte con eso, pero bueno, es mejor botarlo aquí y no con el entorno real.
He visto tres películas en estos días. Con el permiso de quienes no las hayan visto, voy a comentarlas… sería muy jactancioso decir que las voy a criticar, jiji.
Habana Eva
Contraria a mi experiencia con “Hermano”, ésta película me encantó. Tiene un toque de realismo mágico, pero son dos horas de risa y relax. Cero drama. Quizás lo más dramático es ver la Cuba de hoy día y pensar que nuestro país podría volverse la meme chose. Pero salvo ese detalle es la propia película para alienarse del mundo por un rato y disfrutar.
Salt
Cristo bendito, ¡qué habrá hecho la pobre Angelina Jolie para que la encasillaran en papeles tan absurdos! La agente Salt, tiene más poderes que James Bond, Lara Croft, la señora Smith y el Inspector Ardilla con todo y Moroco Topo incluído. Particularmente, a mi me gusta la forma como actúa esta mujer, pero esos personajes de mega macha que todo lo hace sola y con un exacto son demasiado hasta para la mamá de Mc Gyver. Es patética. Agradezco haberla comprado en un mercadito cerca de mi casa.
Cheila: una casa pa’ maita
Esta película está entre las ni ni. Protagonizada por el único travesti famoso de Latinoamérica, Endry Cardeño, esta película muestra la realidad de muchas familias, la mezquindad y la comodidad a su mejor expresión. La verdad, llega un momento que te deprimes, porque si bien es descrita dentro de un estrato social bajo, no hace falta ser pobre para ser un desgraciado. Yo conozco unos cuántos que se las dan de salvadores y no son mas que verdugos.
Sí, el final puede ser predecible o no, depende de su agudeza mental. A mí me agradó, aunque hubo partes bien duras… la escena de la playa me descompuso el cuerpo, lo admito.
Yo adoro ir al cine… pero con las últimas dos que comenté, no me arrepiento ni poquito de haberlas comprado quemaditas.

Yo confieso...


Salvando a Ira y a Juanjo, no sé quiénes leen mi blog. Pocas veces les respondo, pero la verdad leo sus comentarios y agradezco su apoyo. Más aun, también se lo agradezco a los que no conozco. Sé que algunos son amigos encubiertos, que se saben mi vida de pe a pa…
No puedo negar que escribir ha sido tremendamente liberador, especialmente porque tiempo para el diván no te tengo mucho… Si Muñeca leyera el blog una sola vez, creo que se entrega al abandono o se toma una cicuta. A Muñeca le encanta el “pretending”. Su frase favorita: “si hay miseria que no se note”
Pero coño, ¿yo por qué tengo que ocultar lo mal o bien que me siento? ¿Por qué tiene que ser un peo si me voy al casino, o a la playa, o paso el domingo feliz entre mi baba y la de mi ahijado? Todo lo importante parece ser el qué dirán. La verdad, a mi me sabe.
Esa gente del “qué dirán”, ¿pensaría lo mismo si viera de cerca lo que yo vivo? Es bien cómodo llamar y decir “por qué no me avisaste” Coño otra vez. Si te importara tanto, no tendría por qué perseguirte para que me compres un litro de leche o para que me des la cola que el carro se jodió.
Tengo una tropa de empleadas… a las cuales quiero estrangular. Todo se acaba en sixty seconds: la leche, los pañales, el café, el remedio para nebulizar… será que a alguien en esta casa se le ocurrirá alguna vez hacer una lista?
Es un problema tener un padre cucú, que se llevó todos sus recuerdos al infinito y más allá. Pero peor es tener una mamá que ronda los 8 años y que espera que tú le resuelvas todo… “porque Fulanito lo hacía así” Hello, I’ve a new for you, mom. This is a NEW management.
Solución: pues “not available” Guapear, mientras se pueda, y confiar que los tiempos mejores sí existen. Me siento rarísima sin trabajar, siento que me falta algo. O mejor dicho, sin tener un empleo, porque trabajo tengo muuuuuuuucho. Extraño los días en que mi mayor preocupación era si me casaba con Lupito, y las peleas con la contadora que dice “estábanos” y “veníanos”. Eran tiempos felices.
Quisiera tener una bola de cristal…

domingo, 19 de septiembre de 2010

Bodas Venezolanas

Ayer nuevamente tuve la oportunidad de asistir al enlace matrimonial de dos angelitos… La verdad, material para escribir sobra en ese tipo de eventos, aunque voy a tratar de mantener el orden en mis ideas…
Primer acto: la iglesia
Aquí comienza el magno evento. Todos apretujados en la entrada, esperando que lleguen los protagonistas de la noche… el lio con respecto a donde nos sentamos, cuándo y quién lee, etc. En este punto, empieza el screening de rigor: qué ropa se pusieron las mamás de los novios, las madrinas, el cortejo, los amigos, etc… Aquí, se detecta rápidamente quién ve “how do I look?” o “what not to wear”. Menos mal que Tim Gunn no sabe dónde queda Venezuela…
La ceremonia puede ser variopinta: a veces se cuenta con tanto almidón que si alguien se dobla se parte. A veces, el padre rebosa en folklore y hasta te corre de la iglesia “porque viene una boda detrás
Segundo acto: el templete
Esta es mi parte favorita. Aquí, después de las felicitaciones, las lágrimas, los pétalos de rosas y las burbujas es que viene lo bueno. El gran protagonista de la noche, el tequeño. Pobres, ricos, locales o foráneos quedan derretidos ante esos 10 gramos de queso envueltos en harina. Boda sin tequeño no es boda.
Nuevos co-protagonistas acompañan al tequeño, como el cofre de los regalos. Este objeto varia desde el metal mas finamente forjado, hasta cajas de cartón que simulan un cofre real. Lo importante: mantener a la abuelita cerca para que no se roben el cofre.
Otro gran co-protagonista: la hora loca. Nadie sabe quién la inventó, pero ninguna boda que se precie puede prescindir de este evento. Durante un lapso no determinado, los invitados utilizan pelucas, sombreros, pitos, matracas, bufandas, y hasta pantuflas para bailar cuanto ritmo pegajoso existe. El himno de este evento, “vamos pa’ la conga” de Ricardo Montaner.
Tercer acto: La despedida
En años pasados, los novios desaparecían como Houdini de la fiesta. Posiblemente la curiosidad de la primera noche los mataba. Hoy día, que todo es tan moderno, la noche de bodas debe servir para cotillear sobre el matrimonio. Para los invitados, el final de la velada tiene multiples opciones: pelear por el centro de mesa, escurrir las botellas, escoger menú “pa’ po’ la”, atormentar con el llanto etílico al DJ o al cantante de la orquesta… en fin, cada quien ve como cierra la noche.
Lo que no queda duda, es que pocos eventos son tan divertidos como las bodas venezolanas…

Pregunta

Si yo cuido de todo y de todos, ¿quien cuidará de mi?
Quiero que alguien me cuide... quiero tener la confianza de saber que si yo me caigo, alguien me levantará. Alguien de carne y hueso

sábado, 11 de septiembre de 2010

Just a bitter symphony


Bitter (amargo) es la palabra que mejor describe cómo me siento actualmente. “Si el señor se deprime, se muere”. Ah ok. Y si yo me deprimo, ¿qué pasa?
Un domingo cualquiera, estaba viendo televisión cuando mi mundo implosionó. De repente, me vi envuelta en una realidad y un mundo absolutamente desconocido. Tuve que entender de medicina, de seguros, de leyes, de derechos de accionistas, de abogados, de notarios, de registros, de fármacos, de psicología…
Tuve que encargarme de una casa que, aunque la conozco desde que nací, realmente la conocía por fuera. No sabía cuándo se hacía mercado, o cuándo se pagaba la luz. Tuve que aprender que sólo llorando y tirándome de barriga que el hospital no me quitaría mis vísceras para pagar una cuenta astronómica e inentendible, porque el señor que jamás envejecería tenía sólo un seguro de responsabilidad civil para sí mismo.
Tuve que aparecer en una organización viciada, llena de gente en la que no confío y que no me tiene ningún aprecio, y en la que mi voz y mi voto por ahora están subyugados… pero de ella vivo y debo encarar mi problema si quiero poder mantener los gastos que genera el señor que jamás envejecería.
Sigo cuidando de mi madre anciana, quién a pesar de sus múltiples enfermedades ha dado la talla… pero estaba acostumbrada a que el señor que jamás envejecería se ocupara hasta de darle café al despertar… ahora, ella siente que yo sustituyo a ese señor.
Ahora, porque todos los días aparece algo nuevo, el señor que jamás envejecería tiene afasia de wernickle y síndrome de negligencia entre otras cosas… ambas producto de su hemorragia cerebral. En palabras simples, no tiene capacidad de producir o comprender el lenguaje, y no reconoce todo lo que está en su campo visual derecho. Lo ve, pero no lo procesa. Es decir, es como si no estuviera.
A este escenario le pongo de condimento que soy hija única. Ergo, yo hago mercado, yo voy a la farmacia una vez al día, yo negocio con todos los servicios que debo usar ahora, yo persigo a la enfermera para que lo sondee, yo decido que hacer con mis leales y comprometidos socios, yo peleo los derechos del señor que no envejece día a día… aunque él jamás me entrenó para ese fin.
“Y te mando la lista de todos los ejercicios que debes hacerle diariamente para que se recupere… porque sí lo dejamos deprimirse, llega la muerte” O sea, que encima de todo lo que tengo que ocuparme, ¿también va a ser mi culpa si se deprime? ¿También tengo que ser terapista?
De verdad, más que un tema de fe, es un tema de capacidad, o de aguante. ¡Ya no puedo seguirle sumando actividades a esto! Mentalmente, estoy agotada. Ya no tengo energía. Siento que la vida se transformó en “just care services
Pero a nadie le interesa eso. “es tu problema, son tus padres, eres joven” Sí, pero no soy la mujer maravilla.
Dios, mírame con piedad porque ya no aguanto más….

jueves, 9 de septiembre de 2010

Historia de amor... parte II


Rosario se levantó sin mirar atrás. Sin una lágrima. Sin una expresión definida en el rostro. Estaba muy decepcionada, frustrada de ver la poca capacidad de decisión de su amado José María… y entendió que el camino que faltaba por recorrer para llegar a alguna parte, debía ser de forma personal e individual.
Cerró la puerta, encendió su auto y se fue. No hubo mediaciones. Ni retrasos. Se fue decidida a pasar la página como fuese posible.
José María por primera vez en su vida había comprendido lo que sucedía: no era cualquier persona quien salía por la puerta. Era la persona a quien más había amado y que más le había importado en el mundo. Pero José María, en su adictivo comportamiento inmaduro jamás pensó que Rosario lo abandonaría a su juicio… porque durante años la responsabilidad siempre fue de alguien más: de sus padres, de sus hermanos, de sus compañeros de trabajo, incluso de sus parejas anteriores… José María no había desarrollado suficientemente su madurez para tomar decisiones y responsabilizarse por las mismas.
Lloró amargamente. Lloró con la consciencia de entender, que Rosario no jugaba. Que el tiempo de hacerse el inocente que se equivoca por ingenuo había terminado. Y que tenía que tomar acciones prontas y efectivas, si quería recuperar algo de lo que había tenido. Ahora, el tiempo que había sido su aliado se transformaba en su peor enemigo. Cada día alejado de Rosario aumentaba la posibilidad de perderla definitivamente.
Así, José María tomó finalmente su decisión… (continuará)

Carta a ella


Continuando mi semana de quejas, reclamos y afines, hoy le escribiré a ella. Esa que durante años estuvo oculta, y vino a ser de nuestro conocimiento JUSTAMENTE cuando el cuarto se llenó de agua.
No es una misiva amistosa… tampoco es exactamente bélica. Es algo como una exposición de motivos.
Durante años viví sin saber de tu existencia… y la verdad, aun sabiéndola no me quitas el sueño. ¿Por qué? Simple: porque en la vida hay cosas que se escapan de nuestro conocimiento y yo no vine al mundo a juzgar los actos ajenos. Primero porque no me gusta ser juzgada, y segundo porque al final del día cada quién tiene sus razones.
Te preguntarás entonces que me lleva a escribirte. Pues es un “advice”. Sólo eso. Yo presumo, que si durante más de veinte años tuviste tus martes de desahogo, desfogue, o beca, lo que haya sido; debes echarlos ahora de menos. Es lógico. Lo que no es lógico es que si estuviste en la cama de rosas y ahora llegó la de espinas, seas incapaz de preocuparte por la persona que sació tus necesidades, sean de la naturaleza que hayan sido.
No me interesa lo que en pleno uso de sus facultades te haya dado… quizás te lo merecías. Pero no esperes más. Si nos vamos a lo de ley, sabes que transgrediste la ley de oro de la solidaridad femenina. Así que no te tengo aprecio. Más aún, cuando sabiendo lo que pasa tampoco te interesa el proceso de recuperación. Para cuidarlo no estás. Ni para atenderlo, ni para volar a la clínica si la flema se pone espesa… Entonces, espero que sea perfectamente tácito que si la situación se transforma en pésima, no quiero verte ni en las fotos. Ni en el aviso del periódico. Ni en nada. Si estuviste para lo bueno y por tanto tiempo, deberías haber intentado estar para lo malo. Pero no… fue más fácil desaparecer. Y yo lo respeto. Pero espero que entiendas que no tienes ningún tipo de derechos. Si los hubieras tenido, los perdiste al comportarte como una simple arribista.
No me extenderé más. Ya dije lo que pensaba con respecto a ti. Y yo soy suficientemente joven para imponer mi voluntad. CREEME. Así que espero que aprecies bien tus buenos recuerdos, porque se acabó el pan de piquito.
Buenas noches.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Carta a Dios


Querido Dios,
Porque sí, eres querido aunque seas totalmente incomprensible. He dejado de visitarte, mas no de pensarte. Pero me cuesta mucho. Disculpa. Cada vez que paso frente a tu casa recuerdo que soy yo quien debe ir a ti, pero además del limitante del tiempo, mi mayor limitante es mi voluntad. No quiero ir.
Y no es falta de cariño, como dice la canción. Es incomprensión, pura y simple. No entiendo las cosas que haces, ni por qué o para qué las haces… no mandas ni un tip, ni una chuleta… Ya ni rezo. Siento que no me oyes tan bien como cuando me quejo. Antes tenía quejas muy genéricas; sobre el país, la delincuencia, etc… pero ahora siento mucha frustración. Y no es porque compare mi carga con otras, es simplemente porque no entiendo la razón de la mía.
Peor aún, no entiendo la razón de la carga de mis padres. Sé que a pesar de haber sido creados a tu imagen y semejanza no somos ni la infinitésima parte de lo perfecto que eres… ¿pero es ese motivo para hacernos llevar tan pesadas cruces?
No estoy negociando contigo. Estoy clarísima que el mando es tuyo. No soy así de soberbia. Pero si tú eres el Padre, como hija tengo derecho a expresarte mis inconformidades. Al final del día, yo sé que tu lo puedes todo. TODO
No te fastidio más. Sé que miles de personas te piden cosas. Probablemente muchas tengan motivos más razonables para pedir que yo. Pero la mediocridad no se me da. Nunca veo quien está peor, yo creo que es conformismo.
Así pues, espero que me des una luz. Una guía para saber que hago lo correcto. Y sobre todo, que las cosas van a cambiar y que vendrán tiempos mejores.
Gracias por calarte mis quejas… normalmente la gente no entiende este tipo de requerimientos.
Te quiere tu hija… tu sabes quién soy.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Perdón, pero no me alegro


No sé si es egoísmo… o sentido común… o falta de resignación… pero cada vez que la gente me dice “gracias a Dios que tu papá no murió”, me dan ganas de caerles a cachetadas.
¿Por qué? Porque mi papá si se murió el 1 de agosto. Después de infinitos días con sus infinitas noches en la unidad de cuidados intensivos de un hospital, el hombre que llegó el jueves pasado a mi casa no es mi papá. Ni siquiera sabe quién es.
No sabe dónde está, ni quiénes somos. No sabe que hacía antes que toda su cabecita se llenara de sangre internamente. No tiene idea de quién soy. No se acuerda que él era el señor Todopoderoso de esta casa. Ni le importa. Ni sabe si volverá a ser esa misma persona.
Entonces, ¿cuál es el beneficio de tener a mi papá vivo en estas condiciones? ¿qué de bueno tiene que deban bañarlo, sondearlo para hacer pipí, usar pañal, tener una desconocida que te lleve y te traiga y te haga todo?
Yo pienso, que si lo hubiesen puesto escoger a él, hubiese preferido cruzar el páramo e ir a hacerle compañía a los abuelitos en el cielo. Porque así como está, esto no es vida, ni para él, ni para el señor que está en el lugar de mi papá.

y tu eres el número:

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