viernes, 30 de septiembre de 2011

Historias que merecen ser contadas y leídas!


Hace como dos años, el señor Papayita me ofreció “vivir juntos”. Como el señor Papayita vivía en Madrid, yo le pregunté: eso es casarnos o qué? El dijo con dificultad: “sí, casarnos”.
La ingenuidad y la ilusión se montaron en el autobús del wedding planner. Con cierta periodicidad el señor Papayita vino a Caracas a conocer a mi familia, a mis amigos, a escoger los manteles, las tarjetas, los pasapalos, etc. Presuntamente, en el 2010 se realizaría el magno evento. Por tal motivo, en diciembre de 2009 yo esperaba  ir a donde se suponía que iba a vivir, incluso hasta con la tonta idea de decorar de navidad (idea aupada por el señor Papayita). La carta de invitación jamás llegó, por diferentes e inverosímiles cuentos, y justo 5 días antes del viaje el señor Papayita me envió un correo donde decía que a su padre en Venezuela le había dado un ACV y que yo no podría ir a Madrid, dado que él vendría a ver a su progenitor. En mi casa hubo conmoción por un señor que pese a que jamás le habíamos visto, en menos de un año se transformaría en familia. “Cuando vienes?” Pregunté yo. “Como en 4 o 5 días, mientras saco el permiso en el trabajo” Ahí, se jorobó esa bicicleta. Qué hijo espera 4 o 5 días ante un padre agonizante? Empecé con mis amados ángeles de Charlie a buscar que era lo que olía mal de esa historia. Conseguimos el teléfono del señor padre, quien eufóricamente nos contestó el teléfono. Muy mala señal. Semejante cuento tiene que tener algo peor atrás.
Pues sí, resulta que el presuntamente divorciado y jamás parido señor Papayita (ya saben quien deja anónimos en el blog y firma con una P) era un señor casado y con dos hijos!!!!! No uno, dos!!!! De cuatro y siete años, respectivamente.
A pesar de tanto horror, me aventuré a ir a España, no sé como un cuerpo puede oír y tolerar tantas mentiras. Un viaje de aun más terror. Nuevamente por imbécil, le di 6 meses de plazo al señor Papayita para que se divorciara. Si según él estaba separado de su esposa, el divorcio debía ser algo sumamente sencillo. Eso por supuesto, jamás ocurrió.
Pasado un mes del término del plazo, a mi papá SÍ le dio un ACV… y ha sido lo más horrible que he vivido en mi vida. Y comprendí que una persona capaz de inventar (y hasta llorar) con un cuento así, no era una persona para compartir la vida, aunque quedara viudo.
Pasé mucho tiempo amargada, llena de rencor, de rabia, de odio… Con todo y con todos. Nunca entendí por qué algo así me había pasado, si yo no le he hecho nada malo a nadie! Al menos no nada que acabara con esa persona emocional, material o psicológicamente. Busqué toda la ayuda que pude, pero la verdad me costaba mucho perdonar y olvidar semejante afrenta. ¿Casi 7.000 kilómetros de distancia, y me vinieron a joder a mi? Caramba…
Pero un día bendito, Dios me abrió una ventana. Y me dio una escalera. Finalmente, puedo decir que no cargo la maleta del odio y la rabia en la espalda. He vuelto a sonreír honestamente, y me siento; a pesar de mis otras situaciones que debo afrontar en la vida, una mujer plena y feliz. En medio de todo lo que he pasado, puedo decir que estoy en mi mejor momento. Y se lo agradezco profundamente a Dios.
El señor Papayita? Pues no sé, la verdad él ya no es importante en mi vida. Es un capítulo cerrado que jamás quiero volver a abrir. ¿Si le deseo algo? No.Bueno o malo, desear es desperdiciar mi energía, y en estos momentos tengo mucho por hacer para permitir que se me disipe en cosas que no me atañen.
Hasta los más crudos inviernos, vuelven a tener primaveras. 

jueves, 22 de septiembre de 2011

Hortalizas incompresibles


Hace unos días salí con mi amigo Platanito, quien me dijo “yo quiero una mujer echada pa’ lante, trabajadora, que no se pase el día en la casa haciendo nada”. Wow, qué fuerte.
Yo infiero que a Platanito lo crió Eva, la novia de Wall-e. Cualquier persona con tres dedos de frente sabe que un ama de casa NO es una floja que pasa el día contándose los poros del cuerpo. Esas mujeres lavan, planchan, cocinan, limpian, hacen la compra, revisan los inventarios desde papel toilette hasta chucherías, son amantes nocturnas, enfermeras de campo, etc. Rara vez, un ama de casa descansa.
Después, hablando con otro amigo mio, Tomatico, me dijo: “uno quiere una mujer que trabaje hombro a hombro con uno, no importa si gana más que yo…” Primero, “uno” no es un sujeto conjugable. Ojo con eso. Segundo, me parece bien que un hombre no tenga complejos con respecto al oficio de su mujer; pero ha pensado Tomatico que quizás a esa mujer sí le importe que él no esté ni cerca de alcanzarla profesionalmente?  
No se trata de ser un verdugo, creo que es un tema de justicia y lógica. El amor, como dice el papá de una gran amiga, si se siente no se piensa y si se piensa no se siente. La vida en pareja nada tiene que ver con los ceros a la derecha o la izquierda de la cuenta bancaria, ni con la distribución clásica o moderna de las responsabilidades. Vivir en pareja tiene mucho más que ver con el compartir la visión de la vida, los principios, tolerar los hábitos, adaptarse a las costumbres… Lo demás es accesorio.
Alguna vez leí que la pareja perfecta era con quien podías pasar horas hablando y riendo, y creo que debe ser cierto. Cuando la adrenalina de la novedad pasa, la gravedad y el colesterol hacen lo suyo, ¿qué nos queda? Sólo la comunicación. ¡Qué fastidiosa debe ser la vida compartida con alguien que es un merengue sin letra!
Yo creo que en lugar de buscar con tanto ahínco y tanto filtro las cualidades que debe cumplir el consorte, deberíamos revisarnos primero y ver qué tanto podemos ofrecer en una relación, para poder hacer demandas y exigencias después. 
Dar, es siempre mejor que recibir.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Creo… que se aclara el panorama!


Tengo amigas bajas. Tengo amigas altas. Tengo amigas ricas y pobres. Feas y bonitas. Gordas y flaquitas. Pero prácticamente la mayoría adolece de soledad. No siempre es una soledad mantenida, lo más común es que sea itinerante. Pero cuando pasan los créditos, aplauden solas.
Hemos conversado ya varias veces que será lo que no vemos, o lo que no olemos, o lo que no saboreamos que no vemos cuando el autobús se va y nos deja en el andén. Este tema es casi tan frecuente en la conversa como el tema político, especialmente cuando el grupo es de féminas solteras. Pero hoy, para satisfacer una curiosidad pendiente, le pregunté lo mismo a dos hombres. A ver que perciben ellos de dicha soledad que nosotras no vemos. He aquí sus respuestas:
I.- las mujeres buscan estabilidad y casarse. Lo de casarse no lo sé, honestamente. Pero sí creo que después de cierta edad todas las mujeres buscan estabilidad. Por idiosincrasia las mujeres latinas buscamos un proveedor, y con el tiempo y nuestro desarrollo ya no es suficiente con ser un proveedor económico; debe ser también un proveedor emocional y espiritual. Para una masa enfocada en el Round Robin y la Vinotinto, la cosa no está nada fácil.
Pregunto yo: serían ustedes capaces de entablar una relación con una persona que económica o culturalmente esté por debajo de ustedes? Llevarían al asistente de mercadeo como novio a su casa, siendo ustedes las directoras del área?
II.- hay mucho interés. De cuál parte? “De ambas”. Vamos a ver si podemos desagregar esto. Según el consultado, y volviendo un poco al punto anterior, el tema económico es un hito. Si alguna de las partes está como el fugitivo, ni nos preocupemos en seguir a la segunda base. Eso, tiene su cuota de verdad, pero creo que todo radica en la definición del alcance. Una cosa es “seamos amantes”, otra cosa es “seamos amiguitos” y otra totalmente distinta es “vamos a conocernos”. En mi opinión particular, sólo la opción “seamos amiguitos” amerita compartir gastos. Por qué? Simple: el que quiera azul celeste, que le cueste. Yo no puedo ir por la vida pretendiendo tener “otro” si no tengo con que pagarle “el fresco” al uno. Manual de Carreño.
III.- les llega el afán. Este encuestado mantiene que para nosotras las mujeres la parametrización de metas es el fallo, dado que al tenerlo todo en una hoja de Project si una actividad se atrasa y se come la holgura se dañó todo el proyecto. Honestamente, creo que aquí me sonó la campanita de “we have a winner”. Ojo, creo que esto nos pasa, pero no necesariamente creo que sea malo. Para una mujer que ha logrado todas sus metas individuales, suena lógico pensar que su siguiente paso sea ir por las colectivas. El problema es que las colectivas como su nombre lo indica incluyen a otros, y una cosa piensa el burro y otra el que arriba lo arrea.
IV.- las mujeres se afectan más por el estándar social. Según nuestro encuestado, las mujeres permitimos que nos afecte tanto el tema social que dejamos de estar relajadas  y ansiosas, perdemos naturalidad y tranquilidad. Nuevamente, tengo que ser abogado del diablo: si bien hay una cuota de verdad en esto, pues digamos que en nuestra mente todo tiene sus tiempos. Es decir, una mujer no concibe pasar demasiados años en un status sin cambiar al siguiente, es como no ascender. Así como en los trabajos las mujeres nos cambiamos cuando no alcanzamos el puesto que buscamos, lo mismo hacemos con los hombres: si no cambia de status, se cambia de hombre.
Claro, a estas reflexiones hay que sumarles un detallito, la demografía. Por lo menos en Venezuela la cantidad de homosexuales es notoria, dentro y fuera del closet. Los casados, también. No olvidemos a los perros de oficio. Los workaholics, los maniáticos, los agresores de mujeres… y mientras vamos sacando el cerco se reduce a un número bastante chico para una cantidad creciente de mujeres bellas y exitosas.
Conclusión: No tengo. El que tenga su medio limón que lo cuide, pero espero que esta reflexión les sea útil a todas mis queridas lectoras. Gracias a mis dos entrevistados.

Muerte


Las seis letras que nos paralizan. Nos aterran. Nos deprimen. Y son las únicas letras ciertas que tenemos todos los seres humanos.
En nuestra cultura católica, desde chiquitos nos educan para temerle a la muerte: “muchacho, cuidado de caes de mata de mango y te matas”. La muerte, es el coco 2.0 (El primer coco es la correa). Así crecemos, viendo a la muerte con ojeriza. Temiéndole hasta a una extirpación de amígdalas… cuando después de nacidos, es la única cosa segura que tenemos.
Los chinos y los hindúes son mucho más sabios: esta vida es transitoria, por lo que la muerte es una gran celebración a su siguiente vida! Si nosotros creemos en la vida eterna, por qué somos incapaces de alegrarnos cuando alguien cambia de plano? Hace días conversaba este mismo tema con un amigo muy católico y él me decía “es que le tememos a lo desconocido”.
Pero tan desconocido no debe ser, porque se supone que creemos que la muerte nos reunirá con el Padre! O será que simplemente somos creyentes de la boca para afuera?
Creo que deberíamos ser más creyentes, o más honestos… Confiar más en lo que nuestro Padre nos enseñó: 
No llores si me amas,
Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo!
Si pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos!
Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos;
los horizontes,
los campos y los nuevos senderos que atravieso!
Si por un instante pudieras contemplar como yo,
la belleza ante la cual las bellezas palidecen
!Cómo!…
¿Tu me has visto, me has amado en el país de las sombras
y no te resignas a verme llamarme en el país de las inmutables realidades?
Créeme.
Cuando la muerte venga a romper las ligaduras
como ha roto las que a mí me encadenaban,
cuando llegue un día que Dios ha fijado y conoce,
y tu alma venga a este cielo en que te ha precedido la mía,
ese día volverás a verme,
sentirás que te sigo amando,
que te amé,
y encontrarás mi corazón con todas sus ternuras purificadas.
Volverás a verme en transfiguración,
en éxtasis, feliz!
ya no esperando la muerte,
sino avanzando contigo,
que te llevaré de la mano por senderos nuevos de Luz…y de Vida…
Enjuga tu llanto y no llores si me amas!

sábado, 10 de septiembre de 2011

Me alcanzó el insilio

Hace tiempo, un buen amigo describió su status como “viviendo en el insilio”. Me pareció extremo.
Hoy, me di cuenta que es cuestión de tiempo llegar a esa sensación.
Una de mis mejores amigas me invitó a salir, y me llevó más de cinco minutos pensar en un sitio, práctico para las dos, donde estemos moderadamente seguras, considerando que el lunes secuestraron a una amiga y hace cosa de un mes a otra conocida.
Al no aparecer, mi amiga me llamó, y al final coincidimos en vernos otro día, de día. Allí me di cuenta, que mi amigo en el insilio tenía un letrerito de bienvenida en su mano, y me dio rabia… No por mi amigo, sino por haber dejado que la realidad me tocara y coartara mi libertad.
Qué vaina que la realidad me atrapó!

jueves, 8 de septiembre de 2011

El caos no se comparte

En días pasados estuve en el cumpleaños de una amiga recién casada, éramos un grupo de sospechosos habituales: familia, colegio, universidad, trabajo. Nada fuera de la norma. Comida típica europea, traguitos, todo bien.
De repente, irrumpieron en fila india tres mujeres embarazadas con sus respectivos maridos, y una amiga divorciada le comenta a una conocida del mismo status: “¿¿ustedes no se sienten como raras cuando ven eso??”
“Tomatica, compórtate” alcancé a decir antes que siguiera con cualquier discurso soez respecto a la felicidad y al embarazo. El divorcio de Tomatica fue digno de una película; y sí, es mucho lo que ha sufrido y lo que quizás aun sufra… pero eso no le da derecho a ella ni a nadie a cuestionar o arruinar la felicidad ajena.
Primero, por el motivo más cierto de todos: cada quién sabe las goteras que hay en su casa. No por verse barrigonas y felices realmente lo son, y es totalmente lógico que si tienen algún guardado no lleguen contándolo en las reuniones sociales. Son ágapes, no grupos de apoyo.
Segundo, también es cierto que cada quien elige como vivir! Caerse es opcional, pero levantarse es obligatorio. Muchas cosas no saldrán como esperamos en la vida, mas no quiere decir que por eso nuestra vida se mantendrá permanentemente en el caos. Si bien de lo malo se aprende, también es importante aprender a pasar la página y dejar el pasado donde está, que allí no le estorba a nadie.
Por lo tanto, en lugar de cuestionar la felicidad ajena, creo que es más sensato esmerarnos en buscar la nuestra, sin importar el modo en el que la percibamos.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Pensamientos de Gorda


Yo, no sé si soy gordita de mente, de cuerpo, o de ambas cosas. Mido como 1,64 mts y peso 62 kgs. Pero estoy segura que mis pensamientos son absolutamente de gorda.
"Haré dieta porque voy a viajar" Qué quiere decir esto? Qué mi mente con sobrepeso está por adelantado pensando en todo lo que nos vamos a comer de viaje, por lo tanto vivo a punta de lechuga y atun las semanas previas a cualquier traslado sólo por el placer de recuperar dicho peso con la comida propia del lugar.
"Plátanito se casa el 21. Ese día sólo me como una sopa" Nuevamente, mi mente de gordita está pensando en los pasapalos de la fiesta, no en el compartir con mi querido platanito. Y he llegado a decir que estoy embarazada para ganar la anuencia de los mesoneros...
"Voy a hacer dieta de lunes a viernes" El cuerpo no tiene reloj, ni calendario gregoriano. Ergo, ese el motivo por el cual todos los lunes peso lo mismo, así me mate horas en el gimnasio.
"Si voy al gimnasio quemo la pastica... y el helado... y el sandwichito de la novela" FALSOOOOO. Tendría que vivir en el gimnasio para quemar semejante cantidad de carbohidratos diaria, cuando a las 2 horas ya quiero salir despavorida del lugar.
El caso es, que no puedo ver la comida exclusivamente como una fuente de energía. Es casi una experiencia hedonista hasta el pan caliente de la panadería. Ni modo, moriré gorda.

y tu eres el número:

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