domingo, 27 de febrero de 2011

¿Por qué están solas las mujeres?


Hace una semana fui a un viaje con un conocido astrólogo de la televisión. No sólo yo, sino ochenta y cinco mujeres más. Todas nosotras, en un increíble paraíso caribeño, invocando al amor a un precio nada solidario.
Todas, realizadas económicamente. ¿qué teníamos en común, todas nosotras, que decidimos asistir a dicho ritual?
La soledad, para empezar. La soledad, apesta. Es cierto, estar solo a veces es reconfortante, incluso necesario. Pero cuando se hace hábito, se hace fastidiosa, fea, aburrida... aunque otros la capitalicen. (Pero de ese capítulo hablaremos en otro post). La soledad abruma, y aunque digamos que es una elección es mentira! Nadie está sólo porque quiera estarlo, simplemente no sabemos como dejar que otros se acerquen a nosotras.
El otro punto en común notorio, era la "independencia". "Yo tengo 25 años, ya tengo carro, casa, negocio propio y soy profesional" ¿Y que carrizo haces aquí? ¿Viniste a hacer amigas? NO.
La respuesta es bastante simple: las mujeres, conforme más independencia económica logramos, perdemos la perspectiva de lo que esperamos de una pareja. Culturalmente, nos enseñaron que el hombre es un proveedor, así que NI MUERTAS nos permitimos salir con alguien que, según nuestro estereotipo, esté por debajo de nosotras profesionalmente y/o económicamente. ¿Cuándo lleva una a un cajero de banco como novio a la casa? JAMAS! Hasta el loro miraría feo al pobre muchacho. Entonces, preferimos salir con cualquier microbio que aparente estar en igual o mejor posición que nosotras, aun cuando este personaje sea un ególatra, un machista o un salvaje con la cartera llena.
Las mujeres nos saboteamos mucho. Hemos dejado buscar el equilibrio emocional en nuestra vida y nuestras parejas, porque el reloj biológico sigue caminando! Y porque "yo con un limpio ni a la esquina!". Quizás ese limpio, puede hacerte más feliz que cualquier bolibugués con su cuenta congelada el Libia.
A abrir los ojos mujeres! En pareja vinimos y en pareja nos vamos!

domingo, 13 de febrero de 2011

Envejecer

Envejecer, creo que es la experiencia más dura que he visto. Y no tiene nada que ver con el aspecto... es una pérdida gradual de libertades y beneficios, a los que bien por esfuerzo o por suerte tenías acceso.
Es aceptar que otros, a quienes probablemente no considerabas aptos, deban decidir por ti. Es hacerte lentamente dependiente de las cosas simples, como ir a la panadería o la frutería. Además de la restricción natural que causa el desgaste del organismo: la acidez, la arterioesclerosis, la diábetes, etc.
Algunas personas, tienen la gran dicha, de envejecer libres. Aptos para todas sus actividades cotidianas. Otras, afortunadas en menor escala; envejecen lentamente y poco a poco se van adaptando al estado primario de dependencia, y van asimilando el proceso.
Pero existe un tercer grupo muy desafortunado: es al que le tocó de golpe, verse disminuido en su poder de decisión y acción. Es el grupo que de la noche a la mañana se encuentra en condición de minusvalía, y su dependencia es casi absoluta de terceros. Ese grupo en mi parecer, es el que más sufre.
Por qué? Simple: cuando tus hijos son pequeños tu los educas amorosamente, y sus pequeñas fallas pueden transformarse hasta en chistes. Pero no es un chiste que tu papá no quiera ponerse el pañal y vaya orinando todas las sillas en las que se sienta. Cuando tu mamá se pone impertinente es muy poco probable que tu sonrias, como lo harías con una impertinencia de un niño pequeño. Porque la niñez trae una dependencia controlada: el que que manda eres tú. Pero en la vejez, aunque vuelves a tener el mismo niño, generalmente este niño no se deja mandar y siente que eres tú el que debe obedecer.
Yo espero que si me toca envejecer tanto como para clasificar en alguno de estos grupos, no me toque el tercero. Porque la muerte se ve más atractiva que esta vida de limitaciones.

jueves, 10 de febrero de 2011

Será que tu tienes... o puedes...?

Un día de infortunio, ahogada por la desesperación y un ambiente nauseabundo, conocí al doctor Pepinito. Sin tener muy claro el por qué, el doctor Pepinito me tiró tremendo cable* en épocas de crisis. Agradecimiento total.
Presumo, que en la vida las cosas forman parte de un círculo. Quizás, él estaba devolviendo un favor, o quizás a mi me toque devolverlo en el futuro. Ya veremos. El universo conspira de formas raras cuando de ayudarnos se trata.
Sin embargo, y es sobre lo que realmente quiero hablar en este post, es sobre las personas que asumen que tu eres una ambulancia, o la mujer maravilla.
Llaman cuando tienen problemas económicos, pasando incluso por encima de personas que se dicen más amigas suyas que tú. "Mi papá es millonario". Y si tu papá es millonario, que hacen pidiéndome dinero? Se casó acaso con la re-encarnación de Anna Nicole Smith?
Holas Tomatica, que es de tu vida? Tenía ganas de saludarte... por cierto, tendrás algún conocido que instale mármol y no sea carero? Por casualidad conocerás a un psicólogo de parejas? HELLO!!!!! Cómprate unas páginas amarillas, mijito! Tu no has oído eso de "deje que sus dedos caminen por usted"? Usalo. No molestes.
Y como esos dos ejemplos, tengo varios. Al parecer, a la gente se le olvida que la amistad es reciprocidad, pero no abuso. No se trata de aprovecharme del otro, se trata de regar juntos la misma matica. Se trata de agradecer las cosas que nos envian, como la ayuda del doctor Pepinito, pero sin volverte servil. Se trata de mantener el foco y comprender, que estamos para ayudarnos todos, pero no en proporciones desiguales.
Así que ya saben: no soy pariente de Freud, ni de Bob el Constructor, ni de la mujer maravilla.


*tirar un cable: ayudar, colaborar

lunes, 7 de febrero de 2011

La vida es un ratico


La señora Eli era un sol de gente. De esas personas encantadoras con todo el mundo: una mamá amorosa, una esposa super solidaria, una hermana resteada, una buena empleada y buena jefa... buena todo. Era una señora sencillamente espectacular. Y un día, sin ninguna explicación, cayó de largo a largo en su oficina. No hubo nada que hacer. La señora Eli se fue a donde no hay retorno.
Hubo muchas cosas que por su edad, ella no hizo. Siempre pensó: "para después", "para cuando tenga tiempo", "para cuando me jubile"... y ese día jamás llegó.
Las personas invertimos demasiado tiempo pensando en el futuro. En lo que haremos en un mes, un año; cuando lo único seguro que tenemos es el hoy.
Yo también vivía de ilusiones, planificando el futuro. El problema está, en que nunca los planes ocurrian como yo los había planificado. El destino siempre me presentaba una curva cerrada al final de la última recta. Así que aprendí y le seguí el juego: vivo aquí y ahora. Agradezco lo que soy y lo que tengo hoy. Si me lo puedo comer, o comprar, o bailar, lo hago. Porque al final del día es lo único que nadie puede quitarnos, la experiencia vivida.
Que mini pop duró un mes, bendito Dios por regalarme un mes de alienación y frescura, de juventud. Que el viaje a Mochima se cayó; no importa, algo mejor está por suceder en su sustitución.
No es vivir la vida a la deriva. Es aprender a bailar al son que me toquen.

martes, 1 de febrero de 2011

7 tips para una mudanza feliz


1.- Múdese primero! Salvo que deje el país, es preferible mudarse, y después hacer todo lo referente a ventas de garaje y afines. De esa forma evitará hurtos y malos ratos.
2.- Haga un inventario para el camión de mudanza. Específico. De lo contrario, le juro que habrá cosas que no llegarán, y eventualmente le llevará meses darse cuenta de las cosas que le faltan
3.- Outsourcing. En la medida de sus posibilidades, subcontratelo todo: quién lo mude, quién le venda los chécheres, quién le haga el inventario, etc. Es el dinero mejor pagado del mundo.
4.- Sea objetivo. Las "yardas" que le dieron en Carlos & Charlie's cuando fue a Cancún en 1995 son biodegradables, así que puede dejarlas viajar cómodamente hasta la Bonanza. Llévese lo que necesita, y lo que realmente tiene valor, así sea sentimental. Pero deje de vivir con chécheres. Es anti ecológico.
5.- Acepte ayuda "discrecionalmente". Mucha gente puede tener buenas intenciones, pero también el infierno está lleno de éstas. A veces, queriendo ayudar se hace más daño que no haciendo nada. Analice bien si la oferta de ayuda realmente vale la pena.
6.- Vaya de lo prioritario a lo secundario. Si tiene documentos, obras de arte, dinero, joyas, o simplente sus enseres personales, organícelos de primero! Nada hace revisando durante 10 días la cajita de las cartas de amor que le dio Tomatico antes de casarse. A esta fecha, ya Tomatico es pasta de Tomate y usted ha vivido con él todo el proceso. Lea sus cartas cuando esté en la nueva casa.
7.- NO SE CREA SUPERMAN O LA MUJER MARAVILLA. Una mudanza desgasta física y mentalmente, así que planifique y organice, pero no trate de hacerlo en solitario. Le dejará más pesares que alegrías.


De la vida misma...

y tu eres el número:

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