sábado, 29 de septiembre de 2012

Una "Rosita" marchita

Esta semana la prensa nacional ha seguido con bastante ahínco la desaparición de la actriz Jimena Araya, popularmente conocida como "Rosita", la mucama sexy de un sketch chistoso del programa "A que te ries" que transmite Venevisión los domingos en su horario estelar.
Yo jamás he visto el programa. No por nada en particular, porque la televisión me encanta, simplemente a esa hora veo Quién quiere ser millonario o una película en el cable. Pero sé quién es Rosita entre otras cosas porque una vez un señor me preguntó que cuánto me habían pagado por el comercial de Traki. Bien como ofensa o como halago, le aclaré al señor que no era yo la mujer en cuestión.
A principios de semana la pregunta era: ¿dónde está Rosita? Ya para mediados de semana se sabía que la joven había huído del país, presuntamente por haber ayudado a escapar a un Pran de la cárcel. A finales de semana ya se podía leer en los diarios de circulación nacional que "Rosita" era socia del presunto delincuente, en el negocio de damas de compañía dentro del centro penitenciario en cuestión.
Cuántos años podrá tener esa muchacha? Máximo 25. Probablemente mucho menos. Tenía una carrera en ascenso en la televisión, además de ser una mujer bastante exuberante. Qué necesidad tenía de ensuciarse las manos de esa manera? Simple: Codicia.
En Venezuela nos hemos acostumbrado en los últimos años que la riqueza es algo que debe aparecer de la noche a la mañana, no fruto del trabajo y el esfuerzo constante; sino de negocios fantásticos que en tres meses te darán el beneficio que probablemente a tu padre le llevó tres décadas construir.
Hemos equivocado el patrón. Y cuando digo hemos no hablo necesariamente por mi, porque los que me conocen saben que mi papá invirtió años de su vida "formándome el carácter". Y ahora lo entiendo y se lo agradezco. Hablo en plural porque somos los venezolanos que en la boliburguesía sólo contemplamos negocios de rápido retorno sin evaluar las consecuencias. Entre el miedo a la expropiación, el miedo a la debacle económica y la comparación absurda con los personajes gobierneros que sólo hacen negocios fraudulentos, el venezolano no es capaz de plantarse a priori un negocio que retorne la inversión en más de 3 años. Ni 2. Todo negocio aquí es como jugar en el casino: apuestas, el riesgo es infinito y la ganancia igual si la pegas. Sino, a llorar al valle.
Eso que le pasó a Rosita le ha pasado a muchos jóvenes pensando que la riqueza es una olla de oro que se encuentra al final del arcoiris. Esta mañana veia una película de Michael Douglas donde su personaje dice lo siguiente: 

"Payback. Except I'm not in that business anymore - because the one thing I learned in jail is that money is not the prime asset in life. Time is."

La parte importante de la cita es -porque la única cosa que aprendí en prisión es que el dinero no es el principal activo en la vida. Es el tiempo.

Tenemos que trabajar en eso. Recobrar nuestros valores, nuestros principios. Educar para el bien, para lo grande, para lo bueno. Enseñar que el trabajo es el camino, y aunque no suele ser el camino más fácil, es el único camino que te dejará dormir tranquilo todas las noches de tu vida.
Ojalá cada día hayan menos Rositas marchitas en mi país, y en el mundo entero.


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