lunes, 17 de febrero de 2014

Con sangre que corre por las venas

Hoy me tuve que sentar a escribir con la cabeza caliente, porque si dejo que se me enfríe no digo todo lo que pienso y esta vez no quiero ser comedida...
Mi mejor amiga de la infancia siempre me decía: "a ti te encanta buscarte enemigos de gratis" Y la verdad no eran enemigos, simplemente decía lo que pensaba. Con el tiempo fui aprendiendo a reprimir más de la mitad de lo que pienso, por aquello de no ser "inoportuna", de "no ganarme enemigos de gratis" y por ser "políticamente correcta".
Hoy, agarré ese bozal y lo quemé con kerosene. 
Estaba en una reunión donde alguien habló de la carta de amor de Laureano Márquez a Venezuela, y dijo un muchacho: "creo que no estamos para eso..."
¿Cómo que no estamos para eso? ¿ Y más o menos como para cuándo van a dejar ustedes el amor por su país? 
Les hablo de un grupo de potenciales emigrantes, todos jóvenes y agobiados por la crisis, la escasez y la inseguridad.
Es cierto, vivir en Venezuela es toda una aventura de riesgo hoy... pero este país no sólo nos vio nacer, aquí crecimos, nos educamos, aprendimos lo que es el calor humano y la amistad, hicimos "familia" con el vecino, con el que vende el pan, con el que reparte el periódico....
En este país mis padres hicieron su vida; mis abuelos, los biológicos, los adoptivos... en este país me hice GENTE. Es que acaso no es obvio todo lo que tengo que agradecerle? Es que todos los otros venezolanos que hemos sido levantados aquí no tienen algo que agradecerle a Venezuela?
Yo comprendo perfectamente las razones por las que la gente joven y más la educada se quiere ir y se va, pero es simple: todos no nos podemos ir. ¿Por qué? Más simple aún: porque uno no levanta una casa para dejar que se la quiten sin por lo menos dar la pelea; nuestros ancestros no sudaron construyéndonos un futuro para que nosotros lo lancemos a la basura porque es más fácil abandonar que defender. La gran mayoría de los venezolanos que lograron hacer un patrimonio lo hicieron desde cero, a punta de trabajo; así que no puedo comprar la excusa de "aquí no se puede". 
Una parte del grupo se molestó y se fue... es doble trabajo. Igual nos tenemos que seguir viendo, e igual seguimos viviendo TODOS en la misma casa.
Por mi parte, mientras se pueda, seguiré defendiendo MI CASA: VENEZUELA.


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