Todas las personas tenemos apegos a cosas materiales: hay gente que ama su carro, sus muebles de Capuy, su Bob Esponja, su anillo de matrimonio... pero yo amo mi baño.
El baño es el lugar más tuyo de toda la casa, el baño sabe quién es su dueño y viceversa... en realidad es casi un templo. Uno llora en el baño, se rie solo de sus picardías, pasa los sustos de ciertos retrasos... en fin, el baño es es el mejor confidente que existe. Entonces, por que c.... me tocó a mi en esta vida tener que compartirlo?
Mi familia es bien pequeña, al punto que hasta mis padres tienen cada uno un baño que no comparten, la señora de la limpieza tiene su baño para ella solita... y yo tengo que compartir mi templo sagrado con Raimundo y todo el mundo! Si vienen huéspedes; comparto el baño, si vienen parientes; también. Hasta la prima loca que viene de visita una vez cada 35 meses cuando viene con sus mocosos los lleva a mi baño!!!!! Ojo, y aquí hay un baño para las visitas, a cinco metros de la puerta principal como en casi todas las casas.
De verdad, el compartir el baño es mi karma. Incluso he considerado que cuando llegue el momento de casarme uno de los incisos de la capitulación matrimonial será que cada uno tenga un baño completo, aunque vivamos en una ratonera de 45 metros cuadrados. Compartir el baño en mi caso podría ser causal de divorcio.
Mi reino por un baño que no comparta Dios.... porque aunque no sea bonito, ni cómodo, ni lujoso, es mi baño! Y mi baño es mío!
1 comentario:
Jejeje... Yo he compartido toda la vida el baño con mi hermano y me quejo diariamente del asunto!
Siempre he deseado un bañito para mi sola!
Mírale lo positivo, lo compartes, pero no todos los días!
Publicar un comentario