Yo estoy loca. Patológicamente loca. Quizas algún dia alguien me estudie y se gane un Nobel por descubrir como funciona mi psiquis. Sin embargo, gracias a una manito externa pero cercana hoy me acabo de dar cuenta de algo: en lugar de andar rompiendo recuerdos de cosas hermosas sin terminar, debería dar gracias porque he vivido dos veces algo que no vive mucha gente ni una vez en su vida... la emancipación de las rosas.
Hace un par de años viví una experiencia deliciosa; después de muchos años de platonismo tuve el más rico de los romances con alguien a quien creía inalcanzable; pero como la rosa de El Principito salió de su cúpula de cristal y me permitió disfrutar de la tersura de sus pétalos y de su aroma. Fue corto, pero fue único... aun recuerdo ese evento con el más profundo amor.
Hoy, la historia se repite. Otros personajes, otras situaciones... pero la misma rosa emancipandose. Y yo pensando en echarle tres pasitos a la tierra de la maceta.
Voy a hacer mi mejor esfuerzo por hacerte caso. Y disfrutar plenamente de esta nueva rosa que la vida me regaló.