sábado, 27 de marzo de 2010

Gerencia de pulperia III: La culpa es de Esteban



Hace algunas semanas el señor Gerardo llamó a su oficina a mi amiga Rosa y le dijo: “Rosa, mañana me convocas una reunión con todo el personal” Rosa pensó: “ya nos van a regañar…” pero mantuvo sus pensamientos dentro de su cabeza y respondió: “de acuerdo señor Gerardo, ¿cual es el motivo de la reunión?” Respondió el señor Gerardo con cara de retorcijón en cola: “la situación del país”
Rosa siguió pensando: “será que algo de la situación del país cambió mientras estaba en el baño…”
Rosa:” Señor Gerardo, y ¿exactamente de cual parte de la situación vamos a hablar?”
Señor Gerardo: “Rosa, ¡de la propiedad privada! Aquí hay que amarrarse los pantalones y caernos a fuego cerrado contra el bando de Esteban! Yo me echo unos cuantos al pico antes que me quiten un centímetro de tierra! Y TODOS debemos hacer lo mismo. La reunión es para alertarlos de lo que pasa, para que dejen la indolencia y salgamos todos a defender la patria…”
Rosa decidió volver a sus pensamientos: “defender la patria… ¿y será que el señor Gerardo defiende la patria cuando se niega a pagarle tickets de alimentación a los obreros, o cuando les descuenta media hora de trabajo si los obreros deciden ponerse a estudiar? ¿O la defensa de la patria consiste en no invertir ni un centavo en la educación y crecimiento del personal? “
Rosa se puso a pensar en los muchos señores Gerardos que viven y han vivido en esta patria. Que han forjado sus patrimonios con trabajo duro; pero trabajo de todos, propio y de sus empleados. Y mientras que a la vuelta de 20 años muchos de esos empleados no han logrado comprarse una casa, sus jefes han logrado crear cuentas bancarias que tienen más dinero que el acumulado histórico del kino Táchira.
Rosa no es del bando de Esteban. No comparte sus políticas ni sus métodos. Pero sí cree que la responsabilidad de la situación del país no es exclusiva de Esteban. Ni cerca. Porque los países que piensan son aquellos donde la clase media domina la distribución demográfica, una clase media moderadamente pensante. Y para pensar hace falta formarse.
Durante años el “empresariado” sintió que su compromiso social quedaba cubierto dando cestas navideñas con panetón y Ponche Crema, sin preocuparse por el progreso integral de sus empleados. Esos empleados que durante años fueron fieles a sus patronos, vieron como la empresa prosperaba, sus patronos prosperaban, pero ellos tristemente no. Ganaban más dinero, efectivamente… pero no había incentivos al progreso, no se aprendía nada, no se cambiaba de actividad, no se estimulaba ningún tipo de invención o innovación que afectara drástica y positivamente sus ingresos… Y llegó Esteban.
¿Cuál fue su único trabajo? Buscar entre la gente ese pecado capital que vive dormido y que sólo requiere para despertar, un empujoncito macabro en un caldo de cultivo apropiado. ¿Creamos nosotros ese caldo de cultivo? Sí. Porque un error inicial podía subsanarse, pero una mente débil e ignorante es presa de sí misma y entrega hasta el alma, aunque después sea demasiado tarde.
¿Defiende Rosa a Esteban? No. Pero se da cuenta que él no hizo el trabajo solo. Simplemente aprovechó el río revuelto…

1 comentario:

DINOBAT dijo...

La Joda Nacional tiene tiempo andando...

y tu eres el número:

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