Miedo: el insilio en el pandemonium

Aun tengo miedo. Y eso que trato de vivir alienada de la realidad de este país.

Hoy como a las 8.30 de la noche venía bajando en mi carro por la bajada de Los Samanes hacia La Trinidad, cuando un carro me quita la via y venía directo a chocarme de frente. En mi vago recuerdo de física, mejor siempre será chocar de lado cuando el choque es inminente, así que decidí tirar el carro hacia la derecha que también venía otro carro.Cornetas, frenos, gritos. Pero no pasó nada allí.

Sigo mi via bastante asustada, y llamo a la amiga con la cual caminaba en el parque, para contarle lo sucedido. Sorpresa: el chofer del carro de la derecha se para mi altura a armarme un zaperoco: "que te pasa a ti, chica? Tu no ves lo que haces? Suelta el maldito teléfono" No tendría más de 20 años, en un Racer verde y el con una peluca de negrito en la cabeza. 

A esa hora y con ese susto no pretendía ponerme a pelear con nadie, así que lo ignoro. Se enfurece aun más el niño y me tranca. Bien bueno pues. Ahí ya me dijo de puta hacia abajo. Sigo sin hacerle caso porque con esa ira si hubiese podido me dispara. SORPRESA: el amigo da una especie de vuelta en U, para pegarle al carro. Afortunadamente no tenía más que una delgada mano desnuda.

Aquí la gente dejó de razonar. Yo prácticamente no salgo por la inseguridad, pero es que no hay manera de protegerse en el pandemonium! Nunca se sabe cuando sale un loco a la calle y se lo gana uno! No salgo para evitar malos ratos, pero el problema es que aun en el insilio todo lo que me rodea está dentro del pandemonium, la capital del infierno.

Si está armado, me dispara. Si tiene un bate, me acaba el carro.

Y el sujeto que provocó esto? Bien gracias, sabrá Dios en donde. 

No sé si la furia del niño era por no poder perseguir al otro, porque estaba bajo el efecto de alguna droga, o sólo fue su manera de expresar su propio miedo. Pero fue horrible sentir la amenaza sobre mí. La anarquía venezolana no tiene límites.

Aquí, sólo te cuida Dios.