martes, 9 de octubre de 2012

Mientras hay vida hay esperanza...

... nada tan cierto como eso.
Hoy les voy a contar una historia verídica y muy personal. El 12 de marzo de 2009 mi mamá se cayó por las escaleras de la casa en que vivíamos, y se rompió la cara, a pesar de haberse dado un gran golpe en la cabeza. Por motivos que no vienen al caso, la resonancia magnética llegó el 3 de abril del mismo año. Recuerdo claramente cuando mi papá me llamó y me dijo "a Polli hay que internarla de emergencia porque tiene un hematoma subdural".
Ese día sentí un gran miedo. Un hematoma subdural en palabras simples, es una acumulación de sangre en la cabeza, producto de un fuerte golpe. Dicha sangre esta entre la superficie del cerebro y la duramadre, lo cual va generando presión interna. Mi mamá es diabética, hipertensa, toma antiagregantes, tiene el 30% del corazón muerto desde el 2002 que tuvo su primer infarto.Es decir, tenía el juego como trancado.
Por indolencia de un neurocirujano reconocido del hospital privado más famoso de Caracas, a mi mamá la operan el lunes 6 de abril. 3 días después de haber suspendido la ingesta de los antiagregantes; cuando para sacarle una muela se los paran una semana. El jueves santo, porque para remate la cosa cayó en semana santa, nos dieron de alta... y el domingo de resurreción estábamos en la emergencia de nuevo.
"Hizo recidiva" dijo el médico. Eso, de nuevo en vulgar español, es que el hematoma se formó de nuevo. Tiene una alta probabilidad de suceder en casos en los que el antiagregante no fue detenido por suficiente tiempo. -y el neurocirujano? Nadie supo, nadie sabe...
El caso es que su médico de siempre consiguió otro neurocirujano, de otra clínica y el lunes 13 de abril a las 7 de la noche la estaban operando de nuevo. Otra anestesia y otra intubación para un corazón bastante frágil...
El día martes se le notaba la lucidez, cosa que no sacó de la primera intervención; pero estaba sumamente descompensada. Su médico ordenó unos análisis ante tanto descontrol y encontró que la fracción de eyección ventricular era del 15%. Esto es, la relación entre la sangre que entra y la que sale del corazón. Mi mamá por decirlo así, le salían 15 unidades sobre 100 que entraban.
"Entonces se va a morir" recuerdo que le dije al médico. El, con su siempre calmada voz me dijo: -"ella respira. Mientras hay vida hay esperanza".
Esas palabras jamás las olvidé. A las 48 horas de ese diagnóstico mi mamá empezó a mejorar y como la flor de la maravilla fue dada de alta el 30 de abril de 2009.
Este episodio se los quise contar, (o recontar, no sé) por las palabras que dijo Henrique Capriles el domingo en la noche... Me recordó tanto a las mismas palabras que tres años antes me dijo aquel médico a quien siempre le estaré agradecida por no habernos dejado derrumbar como un castillo de naipes a mi papá y a mi! 

Es cierto, mientras uno esté vivo siempre hay esperanza. 

Así que rendirse, es lo único que no debemos ni podemos hacer. En el momento en el que dejas de luchar, y en el que dejas de creer, en ese momento sí lo pierdes todo.Todavía sigue habiendo un gran camino por recorrer en la historia de este país, llamado Venezuela!

1 comentario:

Chemi dijo...

Asi mismo es...

Que bueno que te estás reactivando por aquí!

y tu eres el número:

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