lunes, 8 de octubre de 2012

¿Qué pasó ayer?

Y llegó el tan esperado 8 de octubre... y el escenario es el mismo: Hugo Chávez sigue siendo presidente.
Cómo me siento? Parecido a los otros 6.461.611 venezolanos que votaron por Henrique Capriles Radonski. ¿por qué digo parecido y no igual? Porque no tengo desesperanza, por el contrario creo que las puertas de Jerusalen se han abierto para los venezolanos.
Capriles es un hombre joven, con una larga trayectoria pública y una gran convicción democrática. En tres meses logró unificar a casi medio país, sin regalar un sólo paquete de harina pan, ni ocupando el espacio radioelectrico por más de 3 minutos diarios. Tres meses... seis millones de votos. El otro candidato: Catorce años, es decir 168 meses y miles de bolívares regalados más horas en cadena de radio y televisión; siete millones y medio de votos. 
Entonces, perdimos? No. Creo que simplemente tuvimos un revés. Inesperado? Puede ser? Predecible? También puede ser.
Lo importante aquí es no quedarnos en el suelo llorando, derrotados. Porque quién se queda en el piso es aplastado por los que vienen detrás de él. Sí; hay que vivir el duelo, la derrota tiene un sabor amargo hasta cuando estas jugando ludo. Pero hay que levantarse, con la frente en alto y las botas puestas. Entender que el camino se construye trabajando, ocupándonos, ganando terreno, VOTANDO!
Nada habremos logrado si el 16 de diciembre nos quedamos haciendo parrilla y tomando cerveza. Hay que continuar. Este proyecto tuvo un problema en una actividad, pero no quiere decir que el proyecto termina aquí. El proyecto es hacer una Venezuela mejor para nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos.
Es crear un espacio de comunion entre rojos y azules, es aprender a pescar y dejar de esperar pescados gratis. El proyecto es tener una mejor Venezuela.
Así que no se desanimen, mis queridos compañeros de lucha. Echense madecassol e hirudoid en sus heridas y sigamos adelante. Porque la patria que nos regaló Bolívar fue nuestra antes que Chávez llegara al poder, lo ha seguido siendo durante sus 14 años de presidencia y lo será aun después que haya abandonado Miraflores.
 Venezuela en este momento es el santo Job. Y si Job pudo con su amor infinito hacia Dios superar todas pruebas que el diablo le puso, estoy segura que nosotros también lo podremos lograr. No decaigamos ahora, porque el momento más oscuro llega justo antes del amanecer.

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