miércoles, 5 de noviembre de 2008

A new day has come...

Estoy confundida como si fuese el repollo en una ensalada de coleslaw. Hace apenas unas horas resultó electo Barack Obama, primer presidente afroamericano de los Estados Unidos de América. Pese a que yo soy fiel partidaria de que sólo si vives y padeces los altibajos de un país debes tener el derecho a votar, admito mi simpatía por este señor.
El contrincario me recordaba de una forma muy marcada el Rafael Caldera de 1993, un señor en el otoño absoluto de su vida cargando con el peso insostenible de un país en crisis... y ya sabemos cómo terminó ese período presidencial... imaginense lo que podría ser un veterano de guerra en un país sumida en una profunda crisis económica y muy desprestigiado tras 8 años de guerra infame.
Obama parece representar el cambio. Más allá de su color de piel, los gobernantes demócratas suelen traerle prosperidad a los Estados Unidos; una prosperidad que todos sus ciudadanos claman a gritos en este momento. Es un hombre joven y muy bien preparado, con un discurso que encanta serpientes, que mueve masas y altera las emociones. Ahi es donde comienza mi confusión! Será que alguna vez hemos vivido algo parecido?
Es casi un delito comparar a Barack Obama con el inquilino de Miraflores, pero en su oportunidad hubo mucha gente que también quedo embelesada con un discurso encantador. Hoy, 10 años después, nos descubrimos viviendo en el pandemonium. Será que a pesar de su educación en Harvard y en Columbia University, este señor también tiene un as bajo la manga?
El local no me engañó, jamás... una persona de origen bélico en mi concepto jamás podrá ser un demócrata. Pero reconozco que estoy como encantada con el discurso de Obama...

1 comentario:

iLi dijo...

a mi no me gusta.. . No es racismo, pero se siente mucho resentimiento en su discurso..

y tu eres el número:

Term of Use