domingo, 27 de noviembre de 2011

La magnitud de los problemas

Ayer estaba de paseo en el blog de una conocida, Ira Vergani, y ella contaba su experiencia con las catequistas y sus sospechas respecto a su tendencia opusa.
Yo voy poco a la iglesia, pero cuando voy, suelo ir a la iglesia del Opus Dei. Particularmente porque los sermones que he oído estan enfocados en comentar el evangelio y no en las quejas fastidiosas de los sacerdotes respecto a los vecinos, el gobierno, etc. Para eso, pongo Globovisión.
Pero a donde realmente quiero llegar fue a su experiencia del mantel... es cierto, para una mujer 4x4 reconozco que es una mezcla entre cachetadas y agua fría para despertarse semejante ejemplo (Leer el blog de ira: http://iravergani.wordpress.com/2011/11/18/la-culpa-no-es-la-iglesia-o-si/).Pero su caso me hizo recordar una época extraña de mi pasado que me enseñó a entender lo importante de los "manteles planchados".
Cuando recién me gradué de administrador, mi primer trabajo fue en una empresa de vuelos charter. Un vuelo charter consiste en el alquiler de un avión privado, para el uso exclusivo de quién lo contrata. Bajo ciertos parámetros de sensatez y aeronavegabilidad, usted paga sus horas de vuelo por "pierna" (es el nombre que recibe un trayecto entre dos puntos) y el avión es suyo.
En esa época, un famoso empresario venezolano era el mayor cliente de la compañía. Cuando este señor organizaba vuelo, eran varios aviones, varios itinerarios, decenas de cédulas para registrar... toda una locura. Este señor, tiene 3 hijos, pero la asidua pasajera/clienta nuestra era su hija mayor.
Estando recién casada la chica quiso halagar a su esposo con un viajecito relámpago a una islita del Caribe, de esas donde la noche en el hotel cuesta como tres mil dólares... Técnicamente, era un vuelito de rutina: dos pasajeros, final del viernes para buscarlos el domingo, nada del otro mundo.
Sin embargo, ese viernes fue de crisis en esa oficina. La muchacha llamó atacada, y su ataque fue debidamente transmitido por el que era mi jefe; porque no conseguía la champaña favorita de su esposo para llevarla al viaje!
Allí corrió hasta el que carga las maletas hasta conseguir la champañita. Cuando la muchacha llegó, su cara de alivio y satisfacción era comparable con aquel al que le dicen que se curó del cáncer.
A dónde quiero llegar con esto? No es que el mundo sea o deba ser más frívolo (para mi ya es como demasiado, gracias)sino que según la vida que han tenido las personas, sus intereses y sus preocupaciones son variadas y a veces insólitas. Lo que para mi es una prioridad no lo será para otro y viceversa. Y no creo que se trate de ser huecos o vacíos, sencillamente la vida de algunas personas las ha enfrentado a retos de mayor envergadura que a otras. 
Tiene la culpa Penélope Glamour de haber nacido en una de las casas más ricas de Venezuela y de tener semejantes preocupaciones? No. Sencillamente, pasó, y es lo que hay.
Así que Ira, a respirar profundo y tomarse con soda la charla de las catequistas, jajajaja.
Un abrazo.

2 comentarios:

Chemi dijo...

Está como difícil seguir a "La Iglesia" como institución.

La vida tiene muchos misterios y cosas que nos asombran, entre ellos el comportamiento humano, que es muy interesante!

Ira Vergani dijo...

jajaja no había leído esto!!! Si vale yo sé, creéme que hago mis mejores esfuerzos de respetar las individualidades y las circunstancias personales. Mi molestia principal no era tanto que para ella planchar un mantel por tres horas fuese importante o que se deprimiera porque no notaban su esfuerzo o que Dios sí ve esas cosas como importantes (tema solito para un post), lo que me molestó mucho es que esta era una persona que de alguna manera está transmitiendo una posición institucional a un grupo de personas y entre ellas había gente como yo que había dejado de ir a su trabajo por ir a la charla en un horario obsceno en un país como este donde la gran mayoría trabajamos. En fin, no me queda de otra, seguiré asistiendo a mis charlas y trataré de aprovechar lo realmente bueno!

y tu eres el número:

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