domingo, 31 de mayo de 2009

Historias de amor... modernas.


Sí, Carolina yo quiero vivir contigo! Le dijo Eduardo a su novia un día de su cumpleaños. ¿Cómo? Réplicó ella. En la más pura Venezuela Saudita la gente no "quiere vivir con alguien", quiere "casarse", invitar hasta a las polillas de la casa de playa y ser lo más notoriamente común del mundo.

Entonces, Caro preguntó: ¿a que te refieres tu con vivir conmigo? Y Eduardo dijo: bueno si, a casarnos y eso... sin mayores detalles. No era exactamente lo que ella conocía como proposal, pero parecía que por ahi iba la cosa. No había detalles, no sabía cuando sucedería el evento, la única persona que escuchó dicha declaración fue ella... pero como que pensaba casarse con Eduardo al final del día.

Unas semanas más tarde, vino de visita Carlos, un viejo amigo de Carolina. "Acompáñame al brindis del gordo Pedro y Marivi que se van a casar y el va a pedir la mano". Ok, dijo ella. Al cabo que estando Eduardo de viaje no tenia cosa mejor que hacer un viernes por la noche.

Llegaron a la casa de los papás del gordo Pedro (cuando empiezas en el plan de boda esa deja de ser tu casa para ser la casa de tus padres), saludaron, otearon la mesa de comida y esperaron que comenzara el evento. Marivi llegó treinta minutos después, como buena novia caraqueña, estrenando todo: extensiones, uñas acrílicas, pestañas, trapo, sandalias... No estaba Carolina ya segura si eso era una pedida de mano o un matrimonio civil.

El gordo perdió como tres kilos en sudor de los nervios, repitió la misma muletilla n veces... Hasta que sacó el anillo y le ofreció matrimonio. Aplausos, lágrimas, sonrisas... un espectáculo que nada tenía que envidiarle a las bodas sensacionales de Daniel Sarcos. Y vinieron las felicitaciones y la comelona. Carolina pensó "¿será que asi es que es la cosa si de verdad lo de la boda va en serio?" Pero se reservó su opinión y con su amigo Carlos se dispuso a atacar la mesa de la comida.

Cuando llegó su turno, ingenuamente Carolina preguntó, después de la respectiva felicitación: "¿Y cuando es la boda?" Ella asumió que en medio de sus propias disertaciones no había escuchado la parte más importante del brindis, a lo que Marivi repuso: "no, no tenemos fecha. Estamos pelando... Sabemos que queremos casarnos, y esperamos que sea en el término de un año, pero no sabemos cuando, por eso no dijimos fecha"

¡QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE! fue el pensamiento que atropelló las ideas de Carolina de ipso facto. Como alguien monta semejante show, para un evento que no tiene definición de alcance, tiempo y costo?Es decir, un anillo para que la gente mire y quede satisfecha, pero sin mayor profundidad del qué y el cómo? Carolina se quedó pensando: "será que ahora el amor es light?" Hmmmmmm... "Me gusta más como me lo enseñó mi abuela", concluyó mientras se servía más pato laqueado de la mesa de la comida.


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