Hace casi un mes que la televisión nacional comenzó a transmitir una telenovela llamada “la mujer perfecta”. Más allá de poner una protagonista con Síndrome de Asperger, el gran revuelo ha sido que se trata de una producción 100% nacional, después de meses de enlatados colombianos, brasileños y mayameros.
Sin embargo, este post no es para la mujer perfecta. Es para el hombre perfecto. Al menos para mi hombre perfecto:
Debe ser “resteado”. Es decir, sin miedos trascendentales. Que sea capaz de vivir y ser feliz tanto en el Bolivarian Kingdom como en Finlandia, sin resentimientos.
Tiene que ser un hombre sumamente paciente; no es fácil convivir conmigo. Tengo mis días de muy mal humor, tengo mis días depresivos, tengo mis días famélicos y tengo mis días eufóricos… Y todos pueden ocurrir en la misma semana.
Tiene que ser honesto. Punto. Sin ningún guardado importante. Ojo, todos tenemos pequeños secretos, pero mi hombre perfecto es alguien a quien no le dé pena admitir que odia a los niños y no quiere ser papá, con la misma facilidad con la que podría admitir que es divorciado dos veces y que tiene cuatro hijos.
Preferiblemente, me encantaría que fuese romántico. Que se acordara de cosas de las que seguro yo no me acuerdo, como el día que descubrió que si duermo boca arriba ronco como un gato.
Me encantaría que le guste viajar, tanto como a mí. Que espere chingo el fin de semana para salir a donde sea, a conocer por conocer, por aprender cosas nuevas… que trabaje, y mucho; porque el mundo mejor existe y es carísimo! Y yo quiero un mundo mejor.
Mi hombre perfecto es ese en el que yo puedo confiar, de quien no dudo. Que cada día a su lado le dé gracias a Dios por haberlo puesto en el camino, porque era la pieza que se me había perdido y la conseguí para optimizar mi proyecto de vida.
¿Y cómo es tu hombre perfecto?
Sin embargo, este post no es para la mujer perfecta. Es para el hombre perfecto. Al menos para mi hombre perfecto:
Debe ser “resteado”. Es decir, sin miedos trascendentales. Que sea capaz de vivir y ser feliz tanto en el Bolivarian Kingdom como en Finlandia, sin resentimientos.
Tiene que ser un hombre sumamente paciente; no es fácil convivir conmigo. Tengo mis días de muy mal humor, tengo mis días depresivos, tengo mis días famélicos y tengo mis días eufóricos… Y todos pueden ocurrir en la misma semana.
Tiene que ser honesto. Punto. Sin ningún guardado importante. Ojo, todos tenemos pequeños secretos, pero mi hombre perfecto es alguien a quien no le dé pena admitir que odia a los niños y no quiere ser papá, con la misma facilidad con la que podría admitir que es divorciado dos veces y que tiene cuatro hijos.
Preferiblemente, me encantaría que fuese romántico. Que se acordara de cosas de las que seguro yo no me acuerdo, como el día que descubrió que si duermo boca arriba ronco como un gato.
Me encantaría que le guste viajar, tanto como a mí. Que espere chingo el fin de semana para salir a donde sea, a conocer por conocer, por aprender cosas nuevas… que trabaje, y mucho; porque el mundo mejor existe y es carísimo! Y yo quiero un mundo mejor.
Mi hombre perfecto es ese en el que yo puedo confiar, de quien no dudo. Que cada día a su lado le dé gracias a Dios por haberlo puesto en el camino, porque era la pieza que se me había perdido y la conseguí para optimizar mi proyecto de vida.
¿Y cómo es tu hombre perfecto?
2 comentarios:
Seguro que existe..y también si no existiera, se está gestando..
Nadie es perfecto.
El mío se parece mucho al tuyo, hace unos añitos escribí algo parecido en algún lado, si lo encuentro te lo copio.
Te digo que es bueno decir en voz alta estas cosas porque hay alguien que te escucha y cuando estés lista te lo va a mandar, va a salir de donde menos esperes y va a llegar cuando sientas que estás chévere contigo misma y que en realidad no necesitas de una pareja para sentirte bien.
Sólo ese día llegará, porque sólo se puede recibir amor cuando uno está listo para dar el suyo. Eso no siempre pasa cuando uno cree.
Pero ten bien claro lo que quieres porque sólo así va a llegar.
Y por último te cuento que el hombre perfecto para ti no es el mismo hombre perfecto del resto de las mujeres del mundo. Para eso hay que estar preparado porque no faltará quien te diga que tu hombre perfecto no es perfecto. Con los añitos aprendí es que uno y solo uno decide cuáles son sus prioridades y todo lo que opinen los demás está de más!
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