lunes, 12 de septiembre de 2011

Muerte


Las seis letras que nos paralizan. Nos aterran. Nos deprimen. Y son las únicas letras ciertas que tenemos todos los seres humanos.
En nuestra cultura católica, desde chiquitos nos educan para temerle a la muerte: “muchacho, cuidado de caes de mata de mango y te matas”. La muerte, es el coco 2.0 (El primer coco es la correa). Así crecemos, viendo a la muerte con ojeriza. Temiéndole hasta a una extirpación de amígdalas… cuando después de nacidos, es la única cosa segura que tenemos.
Los chinos y los hindúes son mucho más sabios: esta vida es transitoria, por lo que la muerte es una gran celebración a su siguiente vida! Si nosotros creemos en la vida eterna, por qué somos incapaces de alegrarnos cuando alguien cambia de plano? Hace días conversaba este mismo tema con un amigo muy católico y él me decía “es que le tememos a lo desconocido”.
Pero tan desconocido no debe ser, porque se supone que creemos que la muerte nos reunirá con el Padre! O será que simplemente somos creyentes de la boca para afuera?
Creo que deberíamos ser más creyentes, o más honestos… Confiar más en lo que nuestro Padre nos enseñó: 
No llores si me amas,
Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo!
Si pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos!
Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos;
los horizontes,
los campos y los nuevos senderos que atravieso!
Si por un instante pudieras contemplar como yo,
la belleza ante la cual las bellezas palidecen
!Cómo!…
¿Tu me has visto, me has amado en el país de las sombras
y no te resignas a verme llamarme en el país de las inmutables realidades?
Créeme.
Cuando la muerte venga a romper las ligaduras
como ha roto las que a mí me encadenaban,
cuando llegue un día que Dios ha fijado y conoce,
y tu alma venga a este cielo en que te ha precedido la mía,
ese día volverás a verme,
sentirás que te sigo amando,
que te amé,
y encontrarás mi corazón con todas sus ternuras purificadas.
Volverás a verme en transfiguración,
en éxtasis, feliz!
ya no esperando la muerte,
sino avanzando contigo,
que te llevaré de la mano por senderos nuevos de Luz…y de Vida…
Enjuga tu llanto y no llores si me amas!

2 comentarios:

Ira Vergani dijo...

Creo que el temor a la muerte no es tanto por la persona que se va sino por el dolor y la ausencia para los que quedamos. Es algo bastante egoista pero es la realidad. Pensar en no tener a la persona nos genera un vacío horrendo, querer abrazarla y no poder hacerlo nos duele.

Chemi dijo...

Creo que en momentos es por el "como será".

No del que fallece, ese no lo sabe nadie con certeza.

El "como será" de los que quedan vivos! No es seguro si uno se seguirá enterando en la vida eterna...

y tu eres el número:

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