Hace tiempo, un buen amigo describió su status como “viviendo en el insilio”. Me pareció extremo.
Hoy, me di cuenta que es cuestión de tiempo llegar a esa sensación.
Una de mis mejores amigas me invitó a salir, y me llevó más de cinco minutos pensar en un sitio, práctico para las dos, donde estemos moderadamente seguras, considerando que el lunes secuestraron a una amiga y hace cosa de un mes a otra conocida.
Al no aparecer, mi amiga me llamó, y al final coincidimos en vernos otro día, de día. Allí me di cuenta, que mi amigo en el insilio tenía un letrerito de bienvenida en su mano, y me dio rabia… No por mi amigo, sino por haber dejado que la realidad me tocara y coartara mi libertad.
Qué vaina que la realidad me atrapó!
1 comentario:
a todos nos alcanza de una u otra manera, lo que debemos tener claro es como lo escribiste antes...."no acepto que nos entreguemos sonrientes. "
Espero se puedan ver pronto y la pasen chevere!
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