jueves, 8 de septiembre de 2011

El caos no se comparte

En días pasados estuve en el cumpleaños de una amiga recién casada, éramos un grupo de sospechosos habituales: familia, colegio, universidad, trabajo. Nada fuera de la norma. Comida típica europea, traguitos, todo bien.
De repente, irrumpieron en fila india tres mujeres embarazadas con sus respectivos maridos, y una amiga divorciada le comenta a una conocida del mismo status: “¿¿ustedes no se sienten como raras cuando ven eso??”
“Tomatica, compórtate” alcancé a decir antes que siguiera con cualquier discurso soez respecto a la felicidad y al embarazo. El divorcio de Tomatica fue digno de una película; y sí, es mucho lo que ha sufrido y lo que quizás aun sufra… pero eso no le da derecho a ella ni a nadie a cuestionar o arruinar la felicidad ajena.
Primero, por el motivo más cierto de todos: cada quién sabe las goteras que hay en su casa. No por verse barrigonas y felices realmente lo son, y es totalmente lógico que si tienen algún guardado no lleguen contándolo en las reuniones sociales. Son ágapes, no grupos de apoyo.
Segundo, también es cierto que cada quien elige como vivir! Caerse es opcional, pero levantarse es obligatorio. Muchas cosas no saldrán como esperamos en la vida, mas no quiere decir que por eso nuestra vida se mantendrá permanentemente en el caos. Si bien de lo malo se aprende, también es importante aprender a pasar la página y dejar el pasado donde está, que allí no le estorba a nadie.
Por lo tanto, en lugar de cuestionar la felicidad ajena, creo que es más sensato esmerarnos en buscar la nuestra, sin importar el modo en el que la percibamos.

2 comentarios:

Chemi dijo...

A Tomatica le habló la voz de la consciencia!

Ira Vergani dijo...

Wow corto pero al grano, así debe ser querida. La gente se la pasa viendo el jardín ajeno (para criticar o para compadecerse de la ausencia del propio) y se les olvida dedicarse a lo único productivo: la vida propia

y tu eres el número:

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