El Caballero de la Noche, primera parte.

Hoy tengo como varias ideas rondándome la cabeza, después de haber visto "Batman". Como todas las ideas que me rondan nacieron de un punto común mas no son afines entre si, dividiré mis pensamientos en dos o más entregas.

Voy a empezar con la tragicómica... el superhéroe millonario de una ciudad en caos. Hey! ¿Acaso el director Chris Nolan pagó por recrear nuestro día a día? Ciudad Gótica vive azotada por narcotraficantes que administran la ciudad através de bancos... una historia familiar, ¿no les parece? No conformes con eso, aparece un psicótico que pone en jaque a la ciudad (incluidos mafiosos) a través de juego mental... y creo que no hace falta especificar quién representa al guasón en nuestra decadente sociedad.

El caso es, que vamos al cine a "entretenernos", a liberar la mente de las cosas que nos preocupan o nos causan incomodidad... SORPRESA: hoy, el cine fue un agente de angustia. ¿Por qué? Porque si bien muchos de nosotros sólo concluimos que la pelicula es divertida o entretenida; aquellos que vemos o vamos un poco más allá de lo evidente nos percatamos del gran caos a punto de explosión en el que vivimos, con la cruel realidad pegándonos bofetadas mayores... aquí no va a llegar ni Batman, ni Bruce Wayne.

Trascendiendo el mercadeo turístico de mi país, el panorama es espeluznante: vivimos en una ciudad anárquica, gobernada por el caos en sus peores expresiones! Pero nadie puede o quiere asumir la responsabilidad de crear el "Batman Colectivo"... y aunque esa expresión se me acaba de ocurrir a la una de la mañana, creo que la voy a patentar.

No va a llegar ningún millonario atormentado a querer salvarnos de nuestros males, pero sí podemos crear y educar ciudadanos que comprendan donde estamos y hacia donde iremos de no tomar medidas extremas y urgentes.

¿Que quién va a iniciar la campaña del "Batman Colectivo"? No lo sé, honestamente. Pero es necesario si queremos salvar lo que nos queda de país, porque de lo contrario ni siquiera una "ciudad caótica" les quedará a nuestros hijos.