jueves, 13 de agosto de 2009

Carta a Roberto

Mi querido Roberto:
Parece mentira que tenemos tantos años conociéndonos…más de trece, para ser exactos. Y qué de cosas nos han pasado durante ese tiempo. Me cortejaste, no me di cuenta; me enamoré de ti; ya no había química entre nosotros… pero la vida nos hizo grandes amigos. De esos amigos que siempre están; en las buenas, y las no tan buenas… y creo que hemos sido felices asi.
Sin embargo, debo admitir que el amor es como la energía; no se destruye sólo se transforma. Y mi amor por ti se transformó en lo que tenemos hoy día… una amistad honesta, sin mentiras ni tapujos… una amistad protectora y cariñosa, que busca como fin último el bien del otro.
Y es en nombre de esa amistad que me atrevo a escribirte… me duele tu dolor. Yo ya pasé por ese sitio; ya viví el desamor, el apego innecesario y no correspondido, la humillación, la alegría de cinco minutos versus la tristeza de 72 horas. Y ni yo, ni nadie se lo merece. Tampoco tú.
Algunas veces nos quedamos enamorados del recuerdo, de cómo era alguien hace una década… pero es un espejismo. Todos los seres humanos cambiamos, nos adaptamos a los retos que se nos presentan, reaccionamos diferente a los estímulos que recibimos. Y ella es eso, es un espejismo. No es la niña que amaste en tu adolescencia, con la que creíste construir un castillo azul.
El tiempo pasó para todos, y el castillo que ella construyó no te incluye mi Roberto… salvo para que seas quien le pague a los obreros las remodelaciones del mismo. Y tu eres mucho más que una chequera abultada. Eres un hombre íntegro, hermoso por dentro y por fuera, con un corazón de oro… No vale la pena desperdiciar tu vida y tu juventud con alguien que no te merece.
Puedes creer que soy entrometida y que como adulto tienes derecho a elegir la vida que quieres vivir… y en alguna parte tienes razón: en tu derecho a elegir. Pero por lo que te conozco, sé que tu deseo dista mucho de ser “el que paga la cuenta”. Sé que deseas como nadie tu propia familia, que adoras el calor de un hogar…
Abre los ojos Roberto! La vida es una sola y muy corta!! Tu amada del castillo azul se quedó atrapada en esos sueños juveniles y se murió allí. Y quien está ahora no se parece a ella mas que en exterior… Despierta Roberto, no por mi, ni por ella… Despierta por ti para que puedas buscar tu propia princesa actual y real, con quien puedas construir tu castillo y hacer realidad tus sueños.

2 comentarios:

daniel dijo...

Para que lo comprendas ve a la siguiente direccion:
http://www.youtube.com/watch?v=41OwzvTpm1g

Doña Treme dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

y tu eres el número:

Term of Use