viernes, 5 de agosto de 2011

Que me perdonen los puristas...


Yo podría decir que nunca he dudado de la existencia de Dios. Podría decir que jamás he renegado de su forma de hacer las cosas. Hasta hoy.
Como muchos recordarán, hace poco más de un año mi papá dejó de ser quién era. No me voy a poner como J.K. Rowling a repetir el cuento desde el principio. El punto es, que desde hace poco menos de 2 meses papá ha mejorado mucho. Es abrumador.
Tanto, que le dije a mi mamá, viejita y todo: "la que juró amarlo en la salud y la enfermedad hasta que la muerte los separe fuiste tu. Cuando no podías, lo entendí, e hice lo que debía hacer para protegerte... pero ya no estás más en peligro. Es hora de volver a lo básico".
Era increíblemente agradable verlo conectado, con una memoria del tamaño de un grano de ajonjolí, pero conectado.
Pues ayer, alguien tuvo la idea de ponerme la lupa encima estando bajo el sol. Algo le pasó, no se qué. De pronto, la caminata trivial hasta el carro se transformó en una agonía de palabras ininteligibles (de paso había que pagar el ticket del estacionamiento, gracias) hasta llegar a casa. El conserje me tuvo que ayudar a subirlo a la cama. Ayer sólo deseaba tener la fuerza de un hombre para poder ayudarlo.
Hoy, papá no podía despertarse. Hablaba, como decimos los venezolanos "con la lengua empelotada". No podía mantenerse de pie. Vi su frustración del habla y el movimiento. Como no deglutía, tuve que salir a comprar un equipo para alimentarlo via intravenosa, porque deshidratado no dura mucho ni un camello. Y tras dos horas para lograr el procedimiento, nuestro esfuerzo se vio hecho trizas con un descuido de mi mamá.
Dios mio, hasta cuando nos torturas a los tres? Qué puede ser tan grande que cuando estábamos tan cerca de un respiro nos lanzas este strike?
Esto no me lo esperaba. Y honestamente, creo que no estaba preparada. Cuando tienes mucho rato subiendo te olvidas que puedes bajar súbitamente.
Lo confieso, quiero salir corriendo. Siento que que todo lo que hago puede ser destruido con un soplido Divino. Yo he tratado de aceptar la voluntad de Dios, pero no soy Job! No puedo con tanto, ni con más!
Ten misericordia de nosotros, Señor.

2 comentarios:

Chemi dijo...

Es difícil. Y para esos golpes no se prepara nadie.

No he pasado por algo tan fuerte como lo que estás pasando, y de verdad que leerte, y sobre todo escribirte, me pone a pensar en muchas cosas.

Eres una mujer fuerte, responsable, aplicada y se ve que haces todo con tu mejor esfuerzo y dedicación. Eso vale mucho.

También eres joven, y un strike más? Ahora es que te quedan innings, de hits, HR, errores, de todo en variedad de situaciones. Y seguro que si puedes con tanto y con más!

Ira Vergani dijo...

Animo Treme, esta es una batalla más, tu puedes con más, respira profundo y trata de descansar. No preguntes por que, concéntrate en lo que tienes que hacer. Solo el tiempo dirá...Fuerza para ti.

y tu eres el número:

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